Es tiempo de frenar el odio… juntos
Por José López Zamorano- La Red Hispana
Los crímenes de odio alcanzaron niveles sin precedentes en la historia de los Estados Unidos.
Al menos 11,634 incidentes de crímenes de odio se reportaron durante el año pasado, el más alto número de la historia, de acuerdo con el más reciente reporte de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). La cifra real, que incluye aquellos actos no reportados por temor o desconfianza, es seguramente mucho más alta.
Durante una reciente comparecencia ante el Congreso, el director del FBI, Christopher Wray expresó especial preocupación por la oleada de antisemitismo que se ha intensificado en Estados Unidos -y en todo el mundo- a raíz del conflicto Israel-Hamas. “Es una amenaza que estás alcanzando, en muchas maneras, niveles históricos”, advirtió.
Para ponerlo en números alarmantes: la comunidad judía representa el 2.4% de la población de los Estados Unidos. Pero concentra el 60% de todos los crímenes de odio por motivos religiosos. Simplemente inaceptable.
Se trata de una doble victimización. No solamente la comunidad judía ha sido históricamente discriminada, sino que esos crímenes repuntaron después del abominable acto de terrorismo cometido por Hamas que dejó un saldo de más de 1,200 muertos, muchos de ellos menos de edad, personas de la tercera edad, mujeres. Es decir, civiles inocentes. Tan trágicas como las 14,500 muertes reportadas de palestinos en Gaza.
Ciertamente los crímenes de odio son exclusivos a una comunidad. En Estados Unidos, el execrable ataque contra tres inermes jóvenes palestinos en el estado de Vermont, donde fueron agredidos a balazos cuando se dirigían al cumpleaños de un niño de 8 años, es indignante y execrable.
Su crimen: caminar por la calle portando un “keffiyeh”, un tocado tradicional usado por los hombres palestinos. Como lo expresó correctamente el senador Bernie Sanders: “Es profundamente perturbador que tres jóvenes palestinos hayan sido baleados aquí en Burlington. El odio no tiene cabida aquí ni en ningún otro lugar”. Un sospechoso blanco de 48 años fue arrestado.
Tan reprobable es el antisemitismo como la islamofobia
Los latinos conocemos en carne propia la realidad de lo crímenes de odio, como también la conocen otras minorías de color como la afroamericana. En 1966 Martin Luther King le envió un telegrama a nuestro César Chávez. Las palabras del reverendo fueron rotundas, claras e inobjetables: “Nuestras luchas separadas son en realidad una: una lucha por la libertad, la dignidad y la humanidad”.
Las palabras del reverendo deberían ser un himno global contra el odio. Tristemente una vasta de políticos irresponsables no sólo lo ignora, sino que alienta el odio con un discurso xenófobo y racista. En Estados Unidos tenemos a uno de sus políticos: Donald Trump, pero no es el único.
No fue casual que durante su presidencia florecieran los grupos de odio un 55%, de acuerdo con el Southern Poverty Law Center.
No podemos frenar todos los crímenes de odio. Pero, con nuestro rechazo a todo acto de odio y nuestro voto, si podemos ayudar a evitar que los xenófobos y racistas lleguen al poder.
Todos somos víctimas del racismo, la discriminación y los prejuicios y no hacer nada al respecto con convierte en cómplices.