Cala Farm preserva la tradición cultivando flores que honran a los muertos
El invernadero de Rodrigo Cala en Cala Farm florecerá 1,000 cempasuchiles que adornarán altares en casas, negocios y la capital del estado el Día de los Muertos.
Al entrar al invernadero de la Granja Cala, el aroma del cempasuchil te golpea.
Un puñado de las 1.000 plantas en maceta ya tienen flores. Pero a mediados de octubre, las plantas de 24 pulgadas de altura estarán en plena floración, brotando flores de color naranja, blanco, amarillo e incluso una combinación de rojo y naranja.
El cempasuchil, o caléndula, es la flor tradicional que adorna los altares en el Día de los Muertos, el 1 y 2 de noviembre. Y estas plantas adornarán los altares de las casas, los negocios e incluso de la capital del estado, en San Pablo.
Es un día de finales de septiembre. Y hay un frío en el aire. Rodrigo Cala, que junto con su familia es propietario de Cala Farm, se encuentra en el invernadero entre las plantas.
Comenzó a cultivar cempasuchil hace tres años. Ese primer año tenía 200 plantas.
“Ese primer año fue para tantear el terreno. Para ver si era aceptado por la comunidad y si era factible cultivar caléndulas aquí”, dice Cala.
La idea de cultivar cempasuchil no fue suya, dijo Cala. Fue de otra agricultora, Elizabeth Montesinos. Actualmente son los únicos que cultivan cempasuchil.
Cala llegó a Minnesota por primera vez en 1998. En su pueblo natal, México, siempre se celebra el Día de los Muertos.
“Soy de un pueblo llamado San Andrés Mixquic, donde el Día de los Muertos es una fiesta muy, muy importante”, dijo.
El Día de los Muertos es cuando los muertos vuelven a visitar y celebrar con los vivos. El cempasuchil es conocido como la flor de los muertos. Y son esenciales en cualquier ofrenda o altar. Su aroma almizclado y potente ayuda a las almas de los seres queridos a encontrar el camino a casa.
Pero encontrar las flores de color naranja brillante a finales de octubre en Minnesota era extremadamente difícil, si no imposible.
El cultivo del cempasuchil no tiene por objeto vender las flores, dice. Las cultiva para mantener viva una tradición cultural.
“Pero lo más importante es que nuestras tradiciones se transmitan a la siguiente generación”, afirma Cala.
Cala tiene dos invernaderos. Uno en su granja de Turtle Lake, Wisconsin, y otro en Osceola, Wisconsin, que le han dado permiso para utilizar. Los cempasuchiles del invernadero de Osceola se plantan directamente en la tierra.
Las flores de aquí se cortan y se convierten en manojos. Las flores sueltas se utilizan más cerca del 1 de noviembre, dice Cala.
“La gente pone los pétalos en la entrada del hogar, como un camino, para que los seres queridos que se han ido puedan llegar al altar o a la casa que van a visitar”, dijo.
Muchas personas saben que vende cempasuchil y hacen sus pedidos con anticipación a través de Facebook. A partir del 15 de octubre, llevará las plantas a la oficina del Centro de Desarrollo Económico Latino, donde la gente las recogerá. Y suele tener algunas de más para vender in situ, dijo.
Cala también cultiva otra flor junto a la cempasuchil.
Este año está cultivando terciopelo. En México, esta flor de color rojo-violáceo también se coloca en los altares.
El terciopelo, o celosía, se puede encontrar aquí, dice.
“Pero la variedad es muy pequeña. Hemos encontrado una semilla que produce una flor más grande”, dijo Cala.
Han estado investigando para ver qué busca la gente. Y hay tres o cuatro flores que se utilizan para el Día de los Muertos.
También hay una flor blanca llamada nube. Dice que ya tiene las semillas, pero que está esperando al año que viene para cultivarla.
Cultivar cempasuchil lleva mucho trabajo, dice. Desde encontrar las semillas hasta analizar la tierra, pasando por controlar el agua y mantener las plantas calientes. Pero el mayor desafío es el clima, dijo Cala.
“En una sola noche, todo puede morir. Las temperaturas pueden caer bajo cero. En una noche, podemos perderlo todo, independientemente de los meses de trabajo que hayamos invertido”, afirma.
De pie en el invernadero, señala una planta que tiene varias flores. Dice que ese es el color que quiere la gente.
“Puedo decir que el 80% de la gente que nos ha comprado flores, quiere las naranjas por el color y la textura”, dijo.
Cala y su familia celebran el Día de los Muertos todos los años.
“Recordamos a mi padre y a mis abuelos. No están aquí con nosotros, pero siempre estarán en nuestros corazones”, dijo Cala. “Y creo que es muy importante porque cuando se olvida a un ser querido, entonces es cuando está realmente muerto”.
