Laura Yuen: Mamá e hijo exploran las complejidades

Laura Yuen: Mamá e hijo exploran las complejidades de la adopción internacional

El hijo adoptado, Aa Tiko’ Rujux-Xicay, y su madre Laurie Stern, crearon el podcast “All Relative: Definiendo a Diego” para examinar su propio viaje y plantear preguntas incómodas sobre la adopción internacional.

Por LAURA YUEN-Sahan Journal

Nunca se preguntó si Aa Tiko’ Rujux-Xicay conocería a su madre biológica.

Desde que era un niño, sus padres adoptivos blancos de St. Paul lo llevaban a su pueblo natal de Guatemala cada dos o tres años para que pudiera establecer vínculos con su familia biológica y mantenerse cerca de sus raíces.

Sus padres, Laurie Stern y Dan Luke, llamaron a su hijo Diego. Se aseguraron de que aprendiera español. Le compraron ropa tradicional de su país. Laurie, una veterana periodista, se sentía en conflicto con la adopción internacional, pero creía que, si dotaba a su familia de información y concienciación, podría abordarla.

Sin embargo, Aa Tiko’ (pronunciado “ah tee-KOH”) luchaba con su identidad. Y más de dos décadas después de haber traído a su hijo a casa, Laurie sigue luchando con la pregunta: ¿Hay que adoptar un bebé de otro país sólo porque se puede?

Cuestiones como la pertenencia, los privilegios, la raza y la clase social llevaron a madre e hijo a crear un podcast que se lanzó este mes. En “All Relative: Definiendo a Diego”, examinan su propio viaje y se hacen preguntas incómodas sobre el boom de la adopción internacional.

Aa Tiko”, que es el nombre indígena tz’utujil que prefiere usar ahora, no quería ir allí, al menos no al principio.

“Siempre me decía a mí mismo: ‘Estoy bien. Lo he resuelto. He resuelto mi adopción, estoy a gusto donde estoy. No quiero indagar más'”, me dice esta joven de 24 años, que ahora es estudiante de magisterio en el Johnson Senior High School de St.

Sin embargo, cuanto más pensaba en el proyecto, se daba cuenta de que tenía la oportunidad de cambiar la narrativa convencional de la adopción, en la que “el niño se salva. Se soluciona. El final”, dice.

La verdad es mucho más complicada.

“Ser adoptado es en sí mismo una experiencia traumática”, dice. “La única persona en el mundo a la que debería poder confiar mi vida me entregó”.

“Sería una transacción entre personas desesperadas”, cuenta Laurie a Aa Tiko’ en el podcast. “Me quedé sin tiempo para tener un bebé. Y su madre biológica tendría un bebé que no podría criar”.

Por supuesto, Laurie no se arrepiente de haber adoptado a su hijo, al que considera lo mejor de su vida.

“Pero como todas las grandes decisiones, todo es un intercambio”, me dice. “¿Qué haces cuando sacas a un niño del lugar en el que nació y lo crías en otro lugar? No lo haces sin preguntarte cuáles son las consecuencias, no sólo para el niño, sino para el lugar”.

Siempre rodando

Parte de lo que hace que el podcast sea único es que Laurie, productora de audio y vídeo desde hace mucho tiempo, estuvo grabando durante más de dos décadas. Grabó los arrullos de su hijo cuando se conocieron en Guatemala, sus partidos de hockey y sus citas de juego en Minnesota, y algunos momentos espeluznantes, como cuando Laurie entrevista a Isabel, la madre biológica, poco después de dar a luz a Aa Tiko’, en su pueblo indígena maya.

“Mortificante”, me dice Laurie. “Estaba tan nerviosa que perdí el español que tenía, y además ella no hablaba español. Y yo estaba allí con una [maldita] cámara de vídeo. Todo [la adopción] era todavía un secreto en este pueblo donde todo el mundo se conoce. No podía ser un americano más feo que en esa escena”.

Cada vez que Aa Tiko’ ha vuelto a ver a Isabel, “sigue siendo emotivo. Seguimos llorando. Es increíblemente poderoso”, dice. “Pero empezamos a sentir que somos una gran familia. Isabel siempre ha dicho: ‘Estos son tus padres ahora’, refiriéndose a Laurie y Dan. Ha sido maravilloso conocerla y verla. Ha sido increíble para ella verme crecer”.

Eso no significa que crecer haya sido fácil. En St. Paul, Laurie se dio cuenta de que había cosas de las que ella, como madre blanca, no podía proteger a su hijo. Aa Tiko’ se inclinó por el hockey, y en los partidos durante el instituto, tuvo que luchar contra las burlas raciales por su cuenta.

“No mido 1,80 y soy blanco. Mido 1,70 y soy moreno. Me han llamado casi todos los insultos racistas que hay en el hielo”, dice, y añade que sus padres estaban en las gradas y no tenían ni idea de sus luchas, lo que quizá sea una metáfora de algo más grande. “Si no tienen esa experiencia vivida, puede ser muy aislante”.

El podcast, producido por Sony, también traza el ascenso y la caída de los estadounidenses que adoptan niños de otros países. Casi 23.000 niños fueron adoptados de otros países en 2004, frente a sólo unos 1.800 el año pasado, según las cifras del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En el caso de Guatemala, el país suspendió la adopción internacional en 2008 tras las revelaciones de tráfico de personas, corrupción generalizada y falta de regulación. En muchos casos, los bebés eran sustraídos fraudulentamente de sus familias biológicas.

El fuerte declive de la adopción internacional hace que Aa Tiko’ forme parte de una generación única, lo que reconoce, “es una carga extraña de llevar”.

Pero mientras hacía el podcast, pudo tener conversaciones genuinas con su madre y hacerle preguntas difíciles. Dijo que estuvo a punto de abandonar el proyecto porque a veces se sentía demasiado intrusivo, casi como cuando Laurie entrevistó a Isabel hace tantos años. Pero dijo que se dio cuenta de que tenía trabajo que hacer, y el podcast le dio una plataforma para encontrar su lugar en el mundo, con la esperanza de dar voz a otros adultos adoptados también.

“Después de todo el dolor y la búsqueda, he sentido que he sacado lo que necesitaba”, dijo. “Una calma”.

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