Me colé entre la mercancía para llegar a Gaza y ayudar a alimentar a cientos de personas

“Me colé entre la mercancía para llegar a Gaza y ayudar a alimentar a cientos de personas”: la odisea de Jorge Saray, el colombiano que viajó a la Franja en pleno conflicto con Israel 

José Carlos Cueto-Corresponsal de BBC News Mundo  

A pocos días de huir de Gaza, el colombiano Jorge Saray cuenta las horas para volver a casa. 

Desde Egipto, habla con BBC Mundo. Calibra sus frases, reflexiona, admite traumas. 

Diez días viviendo el horror en la Franja, en pleno conflicto con Israel, dejan heridas profundas. 

Las de Saray son en forma de memorias: “La niña que conocimos y murió días después, los pacientes con la carne abierta, la anarquía que provoca la hambruna”. 

El 8 de agosto, cuando el gabinete de seguridad de Israel aprobó un plan para intensificar la guerra y ocupar la Ciudad de Gaza, Saray estaba en Jan Yunis y decidió huir, temiendo un inminente recrudecimiento militar. 

Poco antes, este colombiano había conseguido colarse en la Franja desde Egipto para asistir y alimentar a cientos de personas. 

“Alrededor de 115 niños y unos 400 adultos recibieron ayuda de lo que pude llevar”, asegura Saray. 

Informes recientes de Naciones Unidas indican que la situación alimentaria en la Franja de Gaza alcanzó la fase 5 o catastrófica que indica el riesgo de hambruna. 

Esto ocurre mientras decenas de camiones de ayuda permanecen estancados en la frontera con Gaza, retrasando alimentos y medicamentos clave para la supervivencia de miles de gazatíes. 

El conflicto palestino israelí se agudizó en octubre de 2023 tras la incursión militar de Hamás que dejó1.200 muertos y 251 rehenes en Israel. 

La respuesta militar de los israelíes deja hasta el momento más de 60.000 muertos en la Franja. 

La gravedad del conflicto y la situación límite en Gaza fue lo que llevó a Saray a emprender un propósito que le costó su seguridad, traumas y miles de dólares. 

“Se hace negocio para llegar a Gaza” 

Vivo en Choachí, a poco más de una hora en carro desde Bogotá, donde tengo un restaurante. 

Desde niño me interesé por la historia de Israel y los palestinos. Tras lo sucedido en 2023, pasé todo 2024 pensando en que no podía ser un espectador más. 

Las circunstancias para los gazatíes se recrudecieron y decidí ahorrar, viajar a la zona y hacer algo. 

Toqué primero las puertas de la Cancillería colombiana y la embajada palestina en Colombia buscando acreditarme, pero no fue posible. 

Quería entrar en Gaza desde Egipto y comprar ayudas en El Cairo: toneladas de arroz, azúcar, algo de aceite, quizás sal, pastillas para purificar agua. 

Pero las circunstancias cambian. No era posible comprar mercancía en El Cairo y trasladarla a Rafah, en la frontera sur de Gaza. 

Cambié la estrategia y fui a la ciudad El Arish, en la costa, cerca de la frontera. 

Si eres egipcio, puedes moverte entre El Cairo y El Arish, pero es complicado para un extranjero. 

Entonces tuve que ir hacia el sur, en Ismailía, para llegar a El Arish desde Sinaí sur. 

Ahí empieza la odisea, con un puesto de control severo para extranjeros y mercancías que pretendan cruzar el canal de Suez. 

Al primer intento me devolvieron. 

Necesité a una persona que hacía viajes frecuentes para que me camuflara. Me metió entre la mercancía. 

Esa persona, por ser nativa y pasar cada pocos días, era conocida. Así que cuando la detuvieron en el puesto de control, le preguntaron por la mercancía, mostró documentos y no le registraron rigurosamente el vehículo. 

Para llegar a Gaza se hace negocio. Hay unas personas, facilitadores, comisionistas, que ofrecen servicio de transporte y encomiendas, pero todo tiene un precio. 

Asumen riesgos y lo cobran caro. 

Moverme 43 kilómetros con 500-700 kilos de ayuda entre El Arish a Rafah, a las puertas de Gaza, podía costar 400 dólares. 

Se desangra el bolsillo, pero si quieres hacer algo, tienes que recurrir a estos facilitadores locales que llevan 10-15 años trabajando en la zona. 

La mayoría son egipcios, libios y marroquíes. 

“Hay harinas que se dañan por la espera” 

Entre la costa donde comienza Gaza hasta el área urbana de Rafah hay una línea infranqueable que se llama Corredor de Filadelfia. 

Tiene puntos de control con soldados que vigilan un lado y otro. Los militares tienen allí un amplio espectro visual de Gaza y Egipto. 

Es un cruce muy peligroso. 

Esa línea traspasa Rafah, quedando un 60% del lado de Gaza y otro 40% de lado egipcio. 

En esta zona hay filas de camiones retrasados; vehículos que llevan ahí tres meses. 

Dejan pasar más rápido a los que llevan harinas, trigo, cebada o arroz, aunque pueden esperar dos o tres semanas. 

Llegan y presentan un registro que solían manejar oficinas de la ONU. 

Sin embargo, desde hace siete semanas se creó un fondo conjunto de Israel y EE.UU. y son ellos los que definen cómo y cuándo permitir que entre mercancía. 

La ONU era más permisiva, con búsquedas menos exhaustivas que pretendían que la logística fuera más rápida. Entonces la hambruna no se sentía como ahora. 

Con el nuevo filtro de Israel, los vehículos son retenidos más días. Algunos son restringidos y devueltos porque ‘no cumplen’ con los requisitos o no pueden demostrar la idoneidad de lo que llevan. Pasa mucho con productos enlatados. 

A veces la harina, expuesta a la humedad, se daña. Entonces la dejan pasar. 

Pude comprar los alimentos en El Arish, pero no se logró superar la tonelada. La pasamos en un carro pequeño con un costo elevadísimo. 

Entrar en Gaza estuvo lleno de riesgos. 

De estos facilitadores, hay conductores y acompañantes que se encargan de hablar con las autoridades, pero uno nunca sabe en qué momento todo puede salirse de control. Uno está con mucho miedo. 

En el fondo escuchas ráfagas, tiroteos, drones. 

Los facilitadores, con contactos corruptos que mejor me reservo, consiguen que en Gaza se introduzcan medicinas, mercancías y personas como yo. 

Pero los corruptos ni siquiera garantizan que 500 metros más adelante no te ataquen o retengan. 

En total estuve 10 días, aunque no de forma legal. 

Estoy supremamente afectado. Los días son largos, extensos, fuertes. 

Hambre y muertes sin esclarecer 

En Gaza, mientras se suceden los bombardeos y ataques israelíes, se registran decenas de muertes por desnutrición, especialmente entre niños. 

Según una evaluación de la ONU de mayo de 2025, unas 470.000 personas -el equivalente a una cuarta parte de la población gazatí- padecían hambre catastrófica. 

Testimonios recolectados por periodistas locales y de la BBC en la Franja describen escenas caóticas cuando los residentes luchan entre ellos para recibir las ayudas de los camiones. 

Desde el comienzo de la guerra en Gaza hasta marzo de 2025, agencias de la ONU y otros grupos de ayuda humanitaria supervisaron la distribución de alimentos en el territorio. 

Pero desde principios de marzo, Israel impuso un bloqueo de todos los suministros a la Franja incluidos alimentos, refugios, medicamentos y combustible, recrudeciendo la crisis humanitaria entre los gazatíes. 

En mayo, Israel anunció que transferiría la responsabilidad de la distribución de ayuda a un grupo de organizaciones privadas recientemente creadas cuyas historias y financiadores se desconocen. 

Así se creó, con el apoyo de Estados Unidos, la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG). 

Pocas semanas después de su creación, más de 170 organizaciones no gubernamentales con operaciones en Gaza pidieron su fin a través de un comunicado. 

Este domunicado de organizaciones entre las que se incluyen Oxfam, Save The Children o Médicos Sin Fronteras se divulgó cuando cientos de palestinos murieron y otros miles resultaron heridos al intentar recibir los alimentos. 

gazatíes intentaban a acceder a alimentos. 

El comunicado denunció que las fuerzas israelíes y y grupos armados, algunos de los cuales operan con el respaldo de las autoridades israelíes según informes, “abren fuego en forma rutinaria contra civiles desesperados que arriesgan todo con tal de sobrevivir”. 

Israel niega que sus soldados disparen deliberadamente contra civiles y afirma que la FHG proporciona asistencia directa a personas que la necesitan eludiendo la interferencia de Hamás. 

El ejército israelí declaró que está investigando informes sobre civiles heridos cerca de los centros de distribución de ayuda de la FHG. 

Y el gobierno insiste en que este plan es necesario para impedir que Hamás robe la ayuda, una acusación que ha hecho repetidamente sin aportar evidencia de que esté sucediendo. 

También de bandidos con acceso a medicinas y alimentos en perfecto estado que los intercambian con cualquier trueque económico y sexual. 

PARA LEER MAS HAGA CLIC AQUI 

Tags

Share this post:

Entretenimiento Latino en las Ciudades Gemelas

Email

sales@lcnmedia.com

Telefono

612-729-5900

Publicaciones hermanas:

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore