El secuestro de siete adolescentes vuelve a erizar la piel de Zacatecas 

El secuestro de siete adolescentes vuelve a erizar la piel de Zacatecas 

Un grupo armado se los llevó de una vivienda la madrugada del domingo. Nadie sabe dónde están ni el motivo del crimen 

Por: ALEJANDRO SANTOS CID 

El más pequeño tiene 14 años, el mayor ya ha cumplido los 18. Son familiares y amigos. Esa noche se habían juntado para cenar con más parientes, disfrutar del sábado. Pero a las cuatro de la mañana, ya del domingo, varios vehículos cargados de hombres armados irrumpieron en el rancho donde descansaban, El Potrerito, en la comunidad de Malpaso, Zacatecas. Se llevaron por la fuerza a siete adolescentes. Dos días después no hay noticias de su paradero. 

El secuestro de siete adolescentes ha vuelto a erizar la piel de Zacatecas, un Estado acostumbrado a la violencia y las desapariciones. Nadie sabe dónde están y los primeros días son clave para encontrarlos con vida. Las autoridades han desplegado un operativo compuesto por 300 soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional y agentes de policía de las distintas comunidades de Villanueva, el municipio donde sucedió el crimen. 

El más pequeño tiene 14 años, el mayor ya ha cumplido los 18. Son familiares y amigos. Esa noche se habían juntado para cenar con más parientes, disfrutar del sábado. Pero a las cuatro de la mañana, ya del domingo, varios vehículos cargados de hombres armados irrumpieron en el rancho donde descansaban, El Potrerito, en la comunidad de Malpaso, Zacatecas. Se llevaron por la fuerza a siete adolescentes. Dos días después no hay noticias de su paradero. 

El secuestro de siete adolescentes ha vuelto a erizar la piel de Zacatecas, un Estado acostumbrado a la violencia y las desapariciones. Nadie sabe dónde están y los primeros días son clave para encontrarlos con vida. Las autoridades han desplegado un operativo compuesto por 300 soldados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional y agentes de policía de las distintas comunidades de Villanueva, el municipio donde sucedió el crimen. 

Hay muchas más preguntas que certezas. No se sabe la causa por la que los adolescentes fueron secuestrados, ni cuántos hombres armados participaron en el rapto. “Alrededor de las cuatro de la mañana empiezan a ver la presencia de un grupo delictivo, personas que llegaron en vehículos, los sacan y se los llevan”, ha dicho el fiscal de Zacatecas, Francisco Murillo, que ha dicho que continúan las operaciones. Medios locales de Zacatecas han apuntado a que el operativo de seguridad logró localizar el supuesto vehículo en el que los jóvenes fueron secuestrados, sin embargo, ni la Fiscalía ni ninguna autoridad ha confirmado el hallazgo. 

En su última comunicación oficial, la Fiscalía ha anunciado que ha atendido a los familiares de las víctimas, que durante todo el día habían mantenido un bloqueo en la carretera Zacatecas-Malpaso, a la altura de la Unidad Regional de Seguridad (Unirse), para presionar en la localización con vida de los muchachos. “Quiero a mi hijo, quiero a mis hijos”, gritaba desesperada esta tarde una de las madres de los jóvenes, “los queremos vivos. No soy parte del Gobierno si no anduviera en helicóptero”. La mujer también ha recriminado al gobernador de Zacatecas, David Monreal, que no haya aparecido a “dar la cara”. 

Mientras tanto, la comunidad aguanta la respiración y espera el regreso con vida de los adolescentes. Está Jorge Alberto René Ocón Acevedo, el más joven, con solo 14 años. Tiene los ojos grandes de color café, el pelo castaño, rapado en los lados, los labios gruesos y 165 centímetros de estatura. Cuando fue secuestrado llevaba una chaqueta dorada, pantalones azules y zapatillas negras. 

Héctor Alejandro Saucedo Acevedo tiene 17 años, comparte el segundo apellido con Jorge y algunos rasgos: tiene los ojos y los labios como él, según la descripción de la ficha de la Fiscalía. Es delgado, tiene el pelo negro y lacio, un tatuaje en un brazo, una cicatriz en la ceja y brackets. Mide 1,75. El día del secuestro llevaba una sudadera gris, pantalones azules y zapatillas blancas. 

Sergio Yobani Acevedo Rodríguez tiene 18 años, el pelo castaño y los ojos verdes. Mide 1,70. Su ficha indica que tiene un “tatuaje con la imagen de un papalote en la pantorrilla derecha” y también brackets. Es el más mayor junto a Gumaro Santacruz Carrillo, de la misma edad. Él tiene los ojos café “medianos, rasgados”, el pelo negro y lacio, 1,60 metros. Vestía una sudadera gris, camiseta y pantalón negros y zapatillas blancas. 

Hay otro adolescente también con 18, Jesús Manuel Rodríguez Robles. Es el más alto de los siete con 1,78 metros. Nariz grande y recta, pelo castaño lacio y corto. Vestía unas zapatillas de marca Vans, una camiseta con estampados negros y grises y pantalones azules. Óscar Ernesto Rojas Alvarado tiene solo 15 años. Es el segundo más pequeño después de Jorge. Tiene los ojos café, rasgados, 1,57 metros y complexión delgada. Cuando fue secuestrado llevaba encima una cadena de oro, un aro con brillantes, un cinturón de tela color negro y un pasamontañas. Y Diego Rodríguez Vidales, de 17. Es robusto, mide 1,74 y tiene tatuajes en el brazo izquierdo, el antebrazo derecho y la pantorrilla derecha. 

De acuerdo con los datos oficiales, de las 111.648 personas desaparecidas que hay en México, 3.650 corresponden a Zacatecas. Como gran parte del resto del país, su territorio está disputado por el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa, dos organizaciones criminales que batallan por el control de la zona y las rutas de narcotráfico. En 2021, el Estado fue la entidad con más episodios de desplazamientos forzados según el informe de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos presentado este enero. 

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