Opinión Por: Marcos Davila
La genuina transparencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha venido a moverle el escenario a todos. Y es que, para incomodidad y temor de muchos, con AMLO la vida pública se está tornado cada vez más transparente, al punto de desnudar corruptos a diestra y siniestra.
En cuanto a seguridad nacional, lo que hoy estamos viendo es a un gobierno que, de forma pacífica, civil, inteligente y patriótica, ha iniciado un proceso para acabar con el legado de sus antecesores, los desgobiernos del PRIAN, que legaron violencia, violencia y más violencia. Con AMLO se está haciendo lo más difícil, lo que lleva más tiempo y lo que ningún gobierno había hecho antes, o sea, voltear a ver las raíces y las causas de la inseguridad.
Hoy los mexicanos podemos decir que con la Cuarta Transformación se ha empezado a regenerar a México. Hoy, después de muchas décadas, los mexicanos pueden presumir que: ¡México tiene un presidente que sí gobierna!
Sin lugar a duda, AMLO es el presidente más honesto que los mexicanos hayan visto en los últimos tiempos. AMLO es el líder incansable, el presidente madrugador, el líder nacional que, ante todo, pone por encima el interés de los mexicanos y la pacificación del país.
Por su parte las bestias del pasado, que ahí siguen, sueñan con una oportunidad para dar un golpe de Estado a AMLO. Creo que envejecerán esperando a que ese día llegue, más bien, muchas de estas bestias irán cayendo (tras las rejas), serán expuestos y serán absorbidos por la inercia de la impecable transparencia que hoy se ha puesto en práctica gracias a AMLO y a su predicar con el ejemplo.
Es en ese sentido que enjuiciar a Peña, a Calderón y a Fox sería un avance tremendo para la seguridad nacional de México.