En la frontera entre EE UU y México

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En la frontera entre EE UU y México, esperanzas y temores tras la orden de Biden que limita el asilo

Karina Parababire, de 17 años, mecía suavemente a su hija de tres meses mientras esperaban en un refugio para migrantes antes de un viaje en autobús a Chicago el viernes por la noche.

“Quiero que mi hija tenga todo lo que yo no tuve”, dijo en español Parababire, quien recorrió la peligrosísima ruta del Tapón del Darién estando embarazada.

La venezolana, que viaja con su familia, tuvo que detenerse en Honduras para dar a luz a su hija, Avis, antes de continuar hacia Estados Unidos. Una vez en México, ella y su familia consiguieron una cita a través de la aplicación CBP One, una herramienta que la administración Biden utiliza para conceder a los inmigrantes una reunión con un oficial de asilo.

Llevaba cuatro días en el refugio de la iglesia del Sagrado Corazón con su familia. Tenían previsto continuar hasta Chicago, donde les esperará su primo. Parababire espera que, cuando llegue a la Ciudad de los Vientos, pueda volver al instituto y, posiblemente, entrar en la universidad.

Parababire y sus familiares llegaron a Estados Unidos justo antes de que el Presidente Joe Biden promulgara una orden ejecutiva que prohíbe parcialmente las solicitudes de asilo cuando los cruces no autorizados superan un umbral diario. Como la familia fue admitida mediante la aplicación CBP One, se les permitió continuar su viaje.

En cuanto a otros inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, los líderes locales dijeron esta semana que prevén que los efectos de la orden sean algo beneficiosos para limitar los cruces no autorizados, aunque también hubo mucho escepticismo.

Los defensores de los inmigrantes expresaron su profunda preocupación por el hecho de que la orden -emitida después de que el Congreso no tomara medidas sobre una amplia legislación en materia de inmigración- pudiera causar más daños a personas ya vulnerables.

“He venido aquí hoy para hacer lo que los republicanos en el Congreso se niegan a hacer: tomar las medidas necesarias para asegurar nuestra frontera”, dijo Biden al anunciar la orden, en referencia a un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza que los republicanos abandonaron a principios de este año. “Esta acción nos ayudará a ganar el control de nuestra frontera”.

Incertidumbre sobre una nueva política

El refugio de la iglesia del Sagrado Corazón que acogió a Parababire tiene actualmente un número relativamente bajo de migrantes: unos 70 frente a una capacidad de 120.

El director, Michael DeBruhl, dijo que no está claro cómo afectará la orden al número de migrantes que lleguen no sólo al refugio, sino a los numerosos puertos de entrada a lo largo de la frontera sur.

“La cuestión es que la Patrulla Fronteriza se va a llevar la peor parte de esta orden ejecutiva y que tendrán que procesar a todo el mundo”, dijo. “La diferencia va a ser que hay matices en cuanto a cómo cada uno puede solicitar asilo, por lo que te lo van a poner más difícil”.

La gran pregunta, dijo DeBruhl, “es cómo lo están haciendo exactamente”.

“Vas a tener a todos estos agentes de la Patrulla Fronteriza tomando estas decisiones, todos estos matices, de una política que acaba de ser implementada”, dijo.

Un funcionario de Aduanas y Protección Fronteriza se negó a comentar sobre los efectos de la nueva orden ejecutiva, pero señaló que cambiaría el procesamiento de los no ciudadanos en la frontera sur.

Los funcionarios locales vieron algunos aspectos positivos. “Esto es un comienzo, pero es sólo el principio”, dijo el alcalde de El Paso, Oscar Leeser, durante una presentación el miércoles a los periodistas con funcionarios fronterizos locales.

Leeser fue uno de los varios alcaldes de Texas que asistieron al anuncio de la orden ejecutiva de esta semana por parte de la Casa Blanca.

Leeser dijo que cree que la orden detendrá los cruces fronterizos no autorizados porque “las consecuencias son mayores ahora y esa es la diferencia”.

Campaña presidencial

La orden, que es la medida más drástica de Biden contra la inmigración durante su administración, llega cinco meses antes de unas elecciones presidenciales en las que es un tema prioritario para los votantes y para su rival del Partido Republicano, el ex presidente Donald Trump.

La orden está actualmente en vigor porque los cruces diarios no autorizados han alcanzado un umbral de más de 2.500 encuentros con migrantes cada día durante una semana en la frontera sur.

“En pocas palabras, los Departamentos no disponen de los recursos y herramientas adecuados para tomar decisiones a tiempo y aplicar las consecuencias a las personas que cruzan ilegalmente y no pueden establecer una base legal para permanecer en Estados Unidos, o para proporcionar protección a tiempo a aquellos que finalmente se considera que reúnen los requisitos para recibir protección cuando las personas llegan en volúmenes tan elevados e históricos”, según el texto de la norma final provisional de la orden ejecutiva.

La orden desaparece una vez que los funcionarios del gobierno determinan que menos de 1.500 personas al día han cruzado la frontera en un lapso de tiempo de una semana. Los niños no acompañados están exentos, junto con las víctimas de la trata de seres humanos, las personas con visado, las personas con urgencias médicas o las que denuncien amenazas graves contra su vida.

Aquellos migrantes que lleguen a los puertos de entrada para solicitar asilo una vez alcanzado el tope y no demuestren una “probabilidad razonable de persecución o tortura en el país de expulsión”, serán expulsados y sometidos a una prohibición de cinco años para solicitar asilo en Estados Unidos, según el Departamento de Seguridad Nacional.

Regreso a México o a los países de origen

Leeser dijo que la orden ayudará a gestionar el elevado número de llegadas de migrantes a los puertos de entrada, ya que permitirá a la administración Biden devolver a esos migrantes a sus países de origen o a cualquier otro lugar de México si su país de origen se considera demasiado peligroso.

Leeser dijo que, debido a esto, espera que los migrantes utilicen más vías legales, como la aplicación CBP One, a través de la cual se pueden concertar citas con un funcionario de inmigración para solicitar asilo.

A través de la app CPB One, más de 1.400 migrantes tramitan citas cada día con un funcionario de inmigración. El tiempo de espera para una cita puede durar entre cinco y ocho meses, según un informe de mayo del Centro Robert Strauss de Seguridad Internacional y Derecho de la Universidad de Texas en Austin, que documenta las solicitudes de asilo en los puertos de entrada.

Pero Juan Acereto Cervera, asesor del alcalde de Juárez (México), ciudad fronteriza con El Paso, se mostró escéptico ante la posibilidad de que la nueva política de la Casa Blanca impida que la gente intente cruzar la frontera para solicitar asilo.

“Nada va a detener esta migración”, dijo. “Es porque algo está pasando en sus otros países lo que hace que estas personas traten de buscar el mejor país del mundo, que es Estados Unidos. Esa es la verdad”.

Jorge Rodríguez, coordinador de la Oficina de Manejo de Emergencias de la Ciudad y el Condado de El Paso, dijo que es común que el número de migrantes que llegan a El Paso fluctúe, con base en los cambios de política migratoria de la Casa Blanca.\

“Con el tiempo… lo que veremos es cómo se desarrollará esto en última instancia”, dijo.

Se avecinan acciones legales

Según la ley de inmigración estadounidense, para que un no ciudadano solicite asilo, tiene que llegar a suelo estadounidense y presentar esa solicitud. Pueden permanecer en Estados Unidos y recibir el debido proceso si temen ser perseguidos por motivos de “raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opinión política”.

La Unión Americana de Libertades Civiles, que estuvo al frente de muchos casos legales contra las políticas de inmigración de la administración Trump -incluidas las que restringían el asilo-, ya ha declarado que planea demandar a la administración Biden por su orden ejecutiva.

La representante demócrata Verónica Escobar, cuyo distrito incluye El Paso, dijo en un comunicado que estaba decepcionada de que la administración Biden centrara su orden ejecutiva solo en la aplicación de la ley.

“Espero sinceramente que también se tomen medidas administrativas para aliviar la situación de los inmigrantes, como la concesión de la libertad condicional a los cónyuges de ciudadanos estadounidenses y la designación del estatus de protección temporal para las poblaciones vulnerables”, declaró.

Un lugar muy peligroso

Defensores de los inmigrantes y abogados en El Paso dijeron durante un panel separado el miércoles con los periodistas que temen por el impacto que la orden ejecutiva podría tener en los migrantes.

“Creo que más o menos sabemos lo que va a pasar: se crea un retraso”, dijo Imelda Maynard, abogada de Estrella Del Paso Legal Aid.

Maynard dijo que puede ver fácilmente cómo la orden ejecutiva será malinterpretada por los migrantes que pensarán que el umbral de 2.500 es una cuota para permitir la entrada de personas a los EE.UU..

“Lo que el gobierno está tratando de hacer, disminuir la cantidad de entradas irregulares, creo que va a aumentar”, dijo.

El padre Rafael García, un sacerdote que sirve a la Iglesia del Sagrado Corazón, dijo que espera que la orden ejecutiva haga que más migrantes esperen en México, lo que podría sobrecargar a México y dejar a esos migrantes en situaciones peligrosas.

“Es difícil saber cómo se va a desarrollar esto, pero no se ve muy bien”, dijo García.

El director de la Iglesia del Sagrado Corazón, DeBruhl, dijo que cree que tomará algunas semanas ver el impacto total de la orden ejecutiva.

“Los conservadores dicen que no va a suponer ninguna diferencia… la administración (Biden) dice que va a tener un (efecto) específico, y que va a ser bastante impactante”, dijo. “No creo que nadie sepa realmente cómo va a desarrollarse esto”.

Aimée Santillán, analista de políticas del Hope Border Institute, que aboga por la solidaridad y la justicia en las zonas fronterizas, dijo que la orden obligará a muchos migrantes a esperar en México, y “en este momento, México es un lugar muy peligroso para los migrantes”.

“Creemos que esto podría agravar la situación, o empujar a la gente a… buscar otras vías de entrada al país que estén menos controladas, tengan menos servicios, haya menos gente que los reciba y les preste asistencia”, dijo.